La RCP combina respiración de boca a boca y compresiones cardíacas; la primera para suministrar aire a los pulmones de la persona en paro cardiopulmonar y la segunda para intentar restablecer la actividad del corazón. Se trata de un procedimiento de vital importancia para salvar una vida, ya que cuando el flujo sanguíneo se detiene, se puede presentar daño permanente en el cerebro o la muerte en cuestión de muy pocos minutos.
Aunque el proceso de reanimación es diferente según sea el número de personas que lo realizan (una o dos), lo más recomendable es conocer los pasos a seguir en caso de tratarse de un único reanimador. El procedimiento recomendado es una pauta de compresión:ventilación equivalente a 30:2 o, lo que es lo mismo, 2 respiraciones boca a boca por cada 30 compresiones torácicas, manteniendo un ritmo de unas 100 compresiones torácicas por minuto. Aplicando esta técnica a una persona con parada cardiorrespiratoria hasta la llegada de los servicios de emergencia, las posibilidades de supervivencia superan el 70% en muchos casos.