El tema va de montar en bici. El estudiante israelí de Industrial Design, Dror Peleg, se ha marcado un concepto de bicicleta de plástico con una variedad de colores astral y que combina dos de mis cosas favoritas: el ciclismo y el reciclaje. Ahí es nada.
Frii -que es como se llama el invento en cuestión-, es una bicicleta distinta de las demás, no sólo en el uso de materiales, sino en la producción, ya que está hecho de plástico reciclado que se ha fundido y moldeado por inyección.
Está diseñada para la ciudad, no vale para ir a la montaña ni para hacer carreras. Pero el caso es que es útil para superficies más o menos planas y recorridos medianamente cortos. Y lo mejor es que su fabricación contamina menos que las del resto de bicicletas. Por si fuera poco, cuando se vuelve inservible se puede volver a reciclar.
La bicicleta de Peleg fue presentada como su proyecto final de carrera en la Academia Bezalel de Arte y Diseño de Jerusalén, Israel.
Si se fijan verán que la estructura de la bici es idéntica a la de una normal. Con su cuadro y todo. La sensación es que debe de pesar muy poco. Lo que no aclaran es el tema de las ruedas. Yo supongo que van recubiertas. Pero los radios lo mismo, también son de plástico. Ahora bien, no hay suspensión, ni frenos por lo que veo, ni nada por el estilo.