
Ya sabemos que en la variedad está el gusto, y por ello algunas personas utilizan el agua potable que tienen disponible en sus casas, otras utilizan agua filtrada por equipos de osmosis o por jarras de tipo Brita, y otras tantas simplemente prefieren consumir agua mineral embotellada. En cualquiera de los casos, nada mejor que aprender todo lo que hay que saber acerca del agua mineral.
¿Cuánta agua necesitamos beber cada día?
La cantidad de agua recomendada para cualquier persona es de dos a dos litros y medio al día, teniendo en cuenta que la mayoría de alimentos también contienen un porcentaje de agua. Claro está que dicha cantidad variará sensiblemente en función de la actividad de cada persona, y que en el caso de los deportistas la cantidad aumentará significativamente en relación al tiempo de ejercicio y esfuerzo realizado, siendo recomendable también consumir bebidas isotónicas que repongan las sales minerales perdidas a través de la transpiración durante el ejercicio físico.¿Qué tipos de agua envasada existen en el mercado?
En el mercado podemos encontrar actualmente tres tipos de agua envasada:- Agua Mineral Natural: Son aguas subterráneas, puras y bacteriológicamente sanas, que destacan por la pureza original del agua y por tener un efecto saludable sobre la salud, sin llegar a tener efectos curativos.
- Agua de Manantial: También son aguas subterráneas con un alto grado de pureza, aptas para el consumo humano aunque sin presentar efectos saludables sobre la salud.
- Agua Potable Envasada: Son aguas procedentes de diversos orígenes que han sido tratadas para cumplir los requisitos para el consumo humano. Algunas de ellas provienen directamente del grifo, y lo mejor es evitar este tipo de aguas ya que tienen un precio muy similar a las anteriores.
¿Cómo se clasifican los tipos de agua?
Las aguas se clasifican por su residuo seco y por su dureza, de la siguiente manera:Por su residuo seco:
Se denomina comúnmente residuo seco a las sales minerales que tiene el agua. La mejor agua es la que presenta un porcentaje más pequeño o débil de sales minerales en su composición. Por ello, las aguas se clasifican en:- Muy débil, con un porcentaje igual o inferior a 50mg/l.
- Baja, cuando es inferior o igual a 500mg/l.
- Media, cuando es igual o inferior a 1.500mg/l.
- Fuerte, cuando el porcentaje de sales minerales es superior a 1.500mg/l.
Por su dureza:
La dureza del agua viene determinada por la cantidad de carbonato cálcico en la composición, que a su vez depende del tipo de tierra que ha filtrado el agua. Cuanto más dura es un agua, más cal contiene, mientras que cuanto más blanda es, menor cantidad de cal existe en su composición. En zonas con suelos muy calcáreos, el agua es mayoritariamente dura, y se puede comprobar muy fácilmente en los electrodomésticos que utilizan agua, ya que sus resistencias se cubre de una capa blanca de cal muy característica. Por ello, la dureza del agua también se clasifica en:- Muy blanda, con un porcentaje igual o inferior a 5º F (50mg/l).
- Blanda (la mejor), con un porcentaje igual o inferior a 10º F (100mg/l).
- Baja dureza, igual o inferior a 15º F (150mg/l).
- Media dureza, igual o inferior a 30º F (300mg/l).
- Dura, igual o inferior a 45º F (450mg/l).
- Muy dura, igual o inferior a 80º F (800mg/l).
- Elevada dureza, con un porcentaje igual o superior a 80º F (800mg/l).
¿Cuáles son los efectos en la salud según el tipo de mineralización?
Según el tipo de minerales de su composición, el agua tiene diferentes efectos sobre la salud de las personas. Los tipos de mineralización más comunes del agua y sus efectos son los siguientes:- Aguas bicarbonatadas. Su aporte de bicarbonatos supera los 600 mg/l. Ayudan a hacer la digestión y mejoran la actividad de la vesícula y el hígado.
- Aguas sulfatadas. Aportan más de 200 mg/l de sulfatos. Tienen un sabor ligeramente amargo, y benefician la piel y el aparato digestivo.
- Aguas cloruradas. Son aguas con más de 200 mg/l de cloruro. Los manantiales con este tipo de agua se utilizan frecuentemente para tratamientos de hidroterapia por sus propiedades tranquilizantes y balsámicas.
- Aguas ferruginosas. Aguas con más de 1 mg/l de hierro. Recomendadas para personas con anemia, personas obesas y para tratar los reumatismos.
- Aguas hiposódicas. Con una cantidad de sodio menor de 20 mg/l. Recomendadas para las personas con hipertensión arterial, problemas cardíacos y afecciones renales.
- Aguas sódicas. Con una cantidad de sodio mayor de 200 mg/l. No recomendadas para personas con hipertensión arterial, presentan una acción antiséptica y son recomendables para la recuperación de heridas infectadas.
- Aguas cálcicas. Con más de 150 mg/l de calcio en su composición. Son indicadas para niños en periodo de crecimiento, pero poco aconsejables en personas propensas a sufrir cálculos.
- Aguas fluoradas. Son aguas con más de 1 mg/l de fluoruros. En las zonas donde se da este agua no es necesario aportar flúor a las personas que viven en el lugar, siendo muy conveniente tenerlo en cuenta.
¿Cuál es la mejor agua mineral?
Una vez visto lo anterior, en base a lo expuesto la mejor agua es el agua mineral natural de muy débil mineralización (igual o inferior a 50 mg/l), y de dureza blanda (inferior a 5º F ó 50 mg/l). Si necesitamos algún aporte adicional de minerales, deberemos optar por aguas bicarbonatadas, sulfatadas, fluoradas y etcétera, pero siempre siendo conveniente que esa indicación esté dada por nuestro médico.¿Qué beneficios tiene el beber agua?
Además de quitarnos la sed, de refrescarnos e incluso de limpiarnos, el consumo de una cantidad óptima de agua cada día aporta muchos y variados beneficios para nuestro cuerpo. Entre ellos:- 1. Pérdida de peso: El agua calma nuestro apetito y acelera el metabolismo. Beber un vaso de agua antes de comer nos ayuda a sentirnos más llenos/as, ayudando a consumir menos calorías durante las comidas.
- 2. Beneficia a los riñones: Nuestros riñones no funcionan de forma óptima sin una correcta hidratación. El agua ayuda a diluir las sales y los minerales que provocan la aparición de piedras, evitando que éstas se formen y nos hagan pasar muy malos ratos.
- 3. Beneficia al corazón: Una cantidad adecuada de agua al día puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Según un estudio realizado por el Adventist Health Study, las mujeres que beben cinco o más vasos de agua al día pueden reducir las posibilidades de enfermedades cardíacas en un 41% en comparación con las mujeres que sólo beben dos vasos de agua diarios. Del mismo modo, los hombres sanos pueden reducir los riesgos de enfermedades coronarias en un 54% si beben cinco o más vasos de agua al día.
- 4. Beneficia al cerebro: Nuestro cerebro depende de una correcta hidratación corporal para funcionar de forma óptima. Si tenemos un día de esos en lo que todo parece estar difuso, la mejor solución pasa por bebernos un buen vaso de agua. Una botella de agua a nuestro lado se puede convertir en nuestro mejor aliado, mejorando nuestra capacidad cognitiva y, de paso, refrescando nuestras ideas.
- 5. Beneficia la piel: Una piel bien hidratada se ve mucho más joven y radiante. El agua ayuda a hidratar nuestra piel y a aumentar su elasticidad, además de actuar como desintoxicante y purificador de la sangre, mejorando los efectos del acné y otros problemas dermatológicos relacionados.
- 6. Beneficia el estómago: En toda buena digestión, la fibra y el agua siempre van de la mano. Cuando nos hidratamos correctamente, el agua pasa a través del tracto digestivo sin problemas, favoreciendo el movimiento intestinal. En situaciones de ligera deshidratación, nuestros intestinos presentan una mayor sequedad interna y dificultan el paso de los nutrientes ingeridos. Consumir una cantidad adecuada de agua mejora la digestión, el tránsito intestinal y previene la aparición de ardor de estómago, gastritis y úlceras.
- 7. Regula la temperatura corporal: El agua ayuda a regular la temperatura de nuestro cuerpo, muy especialmente cuando practicamos ejercicio físico y comenzamos a sudar. Con la evaporación del sudor, logramos enfriar a nuestro cuerpo, pero sin una correcta hidratación, perdemos demasiada agua mediante la sudoración y corremos el riesgo de sufrir agotamiento por calor. Por este motivo, durante el ejercicio, siempre debemos mantenernos perfectamente hidratados.
- 8. Proporciona energía: La causa más común de fatiga durante las horas diurnas casi siempre está relacionada con una leve deshidratación. Incluso la deshidratación de menor importancia acarrea síntomas como cansancio, dolor de cabeza y pérdida de concentración, por lo que resulta fundamental beber agua para ayudar a nuestro corazón a bombear la sangre por todo el cuerpo más fácilmente haciendo llegar una mayor cantidad de oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo.
- 9. Previene calambres: Una hidratación adecuada nos ayuda a mantener nuestros músculos y articulaciones perfectamente lubricados. El agua es uno de los elementos principales asociados a los temidos calambres, por lo que beber antes, durante y después del ejercicio puede ayudarnos a prevenirlos.
- 10. Es vital durante el embarazo: Las mujeres embarazadas necesitan consumir una cantidad extra de agua para responder a las necesidades de su organismo de una mayor producción de sangre durante la gestación. Además, durante el periodo de lactancia también resulta muy importante una correcta hidratación, para reponer los líquidos perdidos en la leche materna y favorecer la producción de este vital alimento para el bebé.