viernes, 18 de mayo de 2012

El fenómeno Fixie

las bicicletas fixies, una manera pija de llamar a una bicicleta de piñón fijo reducida a su mínima expresión. Porque una fixie no es mas que eso, la hermana urbana de la bicicleta de velódromo. Una bici con cuadro de carreras, piñón fijo (sin rueda libre) y ausencia de frenos. Se trata de reducir la bicicleta a su más pura esencia, sin elementos que distraigan su función primaria ni su elegancia: nada de desviadores, cables, manetas de cambio o freno y, por supuesto, nada de accesorios como guardabarros, transportines o retrovisores.
El paraíso de las fixies está en las calles de San Francisco, donde por cierto hay que estar muy colgado para tirarse por sus cinematográficas cuestas sin frenos. Para frenar tan ligerísima montura hacen falta piernas, habilidad y mucha sangre fría. Si se trata de una frenada prevista, con el espacio suficiente y sin contratiempos, simplemente, al tener piñón fijo, tendremos que disminuir el ritmo de pedaleo hasta detenernos. Pero una de esas frenadas imprevistas, tan frecuentes en la jungla urbana, ya es otro cantar. Habrá que bloquear la rueda trasera para hacerla derrapar, desplazando el peso del cuerpo hacia la rueda delantera y deteniendo el pedaleo bruscamente a base de piernas. Una forma de frenar, que es más una acrobacia que un medio seguro de detención.
Además, estas bicis suelen montar un manillar bastante estrecho, cuestión de meterse entre los coches en los atascos y hacer acrobacias. Y una estética que suele combinar elementos retro, como empuñaduras y sillines de cuero tipo Brooks, con colores flou o chillones.

Respecto a la técnica a la hora de rodar en una fixie, se puede pedalear marcha atrás, equilibrios diversos, girar el manillar 180° y, además, ligar mucho más que con una bici urbana normal, un caballo percherón al lado de nuestra esbelta gacela. Por otra lado esta simplicidad evita prácticamente cualquier mantenimiento o posibilidad de avería.
Las dos únicas concesiones que puede tener una fixie digna de tal nombre son: un freno delantero para los más sensatos y un buje mixto (Flip Flop), con piñón fijo en un lado y rueda libre en otro Obviamente, sólo tienen un desarrollo.
Para ciudades llanas con pocos semáforos esto puede ser una ventaja como concesión a la simplicidad, pero para terrenos accidentados o donde haya que hacer frecuentes paradas, esto es, francamente, un horror.
 Las fixies son, antes que nada, una apuesta estética y una filosofía de vida basada en el reciclaje y el aprecio al valor intrínseco de los objetos. Pero como bici urbana son poco prácticas e inseguras. Digo que son una filosofía de vida porque, según tengo entendido, tienen su origen en un espíritu ecológico de apasionados por la recuperación de viejas bicicletas que encontraron de este modo una alternativa barata y respetuosa con el medio ambiente para el desplazamiento urbano.
Las principales marcas ya comercializan sus propios modelos a precios astronómicos. Y esto es lo malo de las modas revival, el recuperar algo originalmente simple y barato para convertirlo en un artículo exclusivo y caro.
Esta es la idea: cojo el cuadro de un modelo básico de carreras, monto una rueda con piñón fijo, me ahorro platos y piñones, desviador trasero y delantero, cableado y manetas, osea, todo lo caro de la transmisión, para colmo me ahorro también pinzas de freno, zapatas, de nuevo cableado y manetas, por poner no pongo ni timbre y saco el modelo fixie de la casa a 600 euros. Pues mire no. Por mucho sillín vintage y cromado que le pongan.
Podemos tener una fixie por muy poco dinero si tenemos una vieja bici de carreras, ya que se trata de quitar, no de poner. Bastará con bloquear la rueda libre y desmontar frenos y desviadores. Si queremos que tenga un sólo piñón y un sólo plato habrá que encontrar un buje de piñón fijo y poner un pedalier de un sólo plato.
Así que ánimo. Montemos nuestra fixie a medida reciclando material para obtener una de estas obras de arte sobre ruedas con personalidad única, pero no nos dejemos seducir por el esnobismo gastándonos un pastón en una fixie de marca.